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miércoles, 31 de octubre de 2007

La pequeña del pelito rosa

Después de tener de pareja sexual a mi frazada durante los últimos 16 días, me di cuenta que la cerveza escaseaba, mis axilas olían a viejo y la resaca ya no se largaba en las noches. Momento exacto para rascarme mis costras de mugre y sangre y ponerme en posición erguida.

Perdí la batalla con esa posición erguida y mejor me acosté de nuevo.

Seis horas después la cerveza se acabó al fin. -puta, realmente puta cerveza por tu culpa me tendré que parar, a ver qué licor compro ahora, le dije al envase o lo pensé no recuerdo, segundos después me paré.

Tomé dinero de la mesita de tomar dinero, misma mesa de donde tomé mi reloj que estaba junto a un jabón pequeño. Me enfoqué en el jabón, dejé el dinero y me desajusté el reloj, seguido a eso me quité el bóxer, tomé el jabón y fui a tomar un rápido y doloroso regaderazo. Total, ese cabronazo de los abarrotes y vinos no me había dejado entrar nunca oliendo a orines.

Salí del número #27 y camino a la tienda pensé: -Un escocés no estaría mal, aparte necesito cigarrillos y más cerveza para las mañanas… No idiota, cerveza no porque es muy puta, mejor trae vodka, amablemente yo me discutía mientras dos chiquillas con sonrisa de complicidad se acercaban. Apreté mi dinero con la mano derecha y cerré el puño izquierdo cada vez más fuerte, no confiaba de mi sombra ¿Por qué habría de confiar en dos chiquillas? Llegaron a mi, tan sólo vendían listones rosas, -Sí bribonas quiero un trozo, tomen, ahora a la mierda las dos, les dije. La pequeña de lentes y pelito rosa se quedo parada viéndome, me quedé anclado viendo a la pequeña de lentes y pelito rosa también.

Tenía una miradita de cristal, no eran sus lentes, eran sus ojos, no era un escocés lo que yo necesitaba, eran sus ojos, no quería oler a resaca, lo que quería era a la niñita del pelito rosa.

-¿De dónde eres niña?

-De aquí viejo, pero vivo en otra ciudad, jajaja tu forma de vestir es ridícula, me gusta.

-¡Cállate, respeta!

-Respétese usted, gruñón apestoso.

-¿Huelo mal?

-Jajaja mucho, pero igual me agrada viejo, huele a dulces con rompope.

-No soy viejo, tengo 33 años y sólo estoy un poco enfermo, es todo.

-Da lo mismo, me gustaría tocar su barba, ¿puedo tocar su barba?

-Jajaja, claro, si es lo que quieres, hazlo.

-Yo sé que le gustan mis ojos más que el licor. Mis ojos son suyos viejo.

No sé como lo supo, lo único que se me ocurrió fue besar su frente. Mis agruras desaparecieron y el dolor de nuca también. Mi odio y desdén cayeron con mis costras viejas momentos después.

Tenía 7 años y era un niño de nuevo, al igual que la pequeña del pelito rosa.

2 comentarios:

VRZ dijo...

si, si, si, ya se de quien es este blog, simplemente de un tiiibio :p
No te creas muy bueno.

Felicia dijo...

Y esa niña de pelito rosa tiene pomulos de cereza y una boquita con sabor a vino tinto?
Bueno, muy bueno