
Un viejo baja de una escalera a un niño que pretende estirarse tratando de alcanzar algo.
Imagen Mark Ryden
Demonio: ¿Que haces mocoso?
Niño: ¿por qué no puedo abrazar el sol?
Demonio: Por que te quemas idiota, agárralo a patadas, es más divertido
Niño: Se puede romper
Demonio: Es cierto, pero puedes comprar otro, además qué me importa, lo mío es joder y a ti no te quiero joder, mejor ve a casa.
Niño: Sí, es mejor irme, veré que hago, pues yo quiero abrazar al sol. Adiós.
Demonio: !Hey muchacho! los soles rotos son más divertidos, verás, en las faldas de la Luna (antiguo sol que agarré a patadas y rompí) está la luz tirada, luz regada sobra le humanidad, luz que compartimos entre todos y luz que desaparece cada que viene el megalómano ese que quieres abrazar.
Niño: No te haré caso, también besaré al sol.
Demonio: No lo hagas, te quemarás.
Niño: No me quemaré, el sol me quiere.
Demonio: El sol tiene afilados rayos, te lastimará.
Niño: ¿Que pretendes viejo?
Demonio: Que dejes de sufrir, ponte a joder, así ya no llorarás en los días nublados en que el sol te abandona y se va con otros a interminables orgías mientras tu, abnegado, lo esperas.
Niño: Bueno, me convenciste, ¿te puedo joder a ti?
Demonio: Sí
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